Nada me gusta más que hablar de #LaOtraAsturias. Así etiqueto las publicaciones en mis redes sociales cuando hablo de lugares poco o nada turísticos y que para más INRI, bien sea por motivos históricos o naturales, deberían ser conocidos y reconocidos en el mundo entero. Hoy le llega el turno al Poblado Minero de Rioseco, lugar donde vivían los mineros del siglo XIX tras reactivarse la explotación de las Minas de Texeo qué, por su antigüedad -al menos 4500 años- y sus hallazgos, está considerada la más importante y antigua de Europa en su genero…¡Casi nada! Sin embargo, es invisible para los turistas, y lo que es peor, para los propios asturianos.
Quién vería a los primeros moradores de La Tierrina hace 4.500 años liarse a excavar la vertiente oriental de la Sierra del Aramo. Usaron palos, astas de animal y otras herramientas confeccionadas con piedra. ¡Eran los primeros mineros asturianos! Solo que no buscaban carbón, querían cobre para hacerse abalorios y usarlo en su primitiva metalurgia. Por otro lado, quién les iba a decir que un belga redescubriría sus galerías, las herramientas, y un total de 26 esqueletos que lejos de ser los protagonistas del primer accidente minero, fueron los elegidos para protagonizar rituales de ofrenda a la montaña…¿Ya te pica la curiosidad? Sigue leyendo y te explico cómo llegar a las Minas de Texeo y todo lo que verás en la ruta.
Breve resumen – a mi manera-
Siempre digo lo mismo, yo no soy historiadora ni geóloga, por lo que mis resúmenes son breves y dan información que considero interesante desde el punto de vista turístico. ¡Vamos a ello!
Como acabo de contar, un belga, Alejandro Van Straalem, fue el protagonista del redescubrimiento de las Minas de Texeo en 1888. Este señor era el director de las minas de mercurio de La Soterraña, ubicadas en el Valle de Muñón (concejo de Lena). Según dicen, el hallazgo fue fortuito. Aunque lo cierto es que a esta zona se la conoce como Campa Les Mines y posiblemente, Van Straalem estaba allí buscando su particular tesoro.
Como dice el refrán; «Quién busca, encuentra». Mientras Van Straalem recorría el bosque, vio como las ramas de un árbol se movían constantemente por la acción de una corriente de aire que salía del suelo. Así fue como descubrió uno de los pozos verticales que le condujo a las galerías de los hombres prehistóricos. Una vez allí se le debieron poner los ojos como al Tío Gilito y en menos de 4 años, The Aramo Copper Mines Ltd, empresa de capital inglés, relanzó la explotación minera para extraer cobre y cobalto.
Si hoy en día llegar a las Minas de Texeo es complicado, imagínate en el siglo XIX. La empresa inglesa, siguiendo la corriente del Paternalismo Industrial, amplió el Poblado Minero de Rioseco. Creó un entorno donde los obreros podían vivir próximos a su lugar de trabajo. La Primera Guerra Mundial propició que los ingleses abandonaran la explotación, no siendo hasta la Dictadura de Primo de Rivera cuando se vuelve a reactivar la minería. El cobre pasó a un segundo plano, siendo la extracción de cobalto el principal interés, pues se enviaba a Alemania e Inglaterra para hacer dibujos en las vajillas de porcelana.
De nuevo un cambio político, la II República, propició un parón de la actividad. Finalmente, la Sociedad Minero Metalúrgica Asturiana (METASTUR) se hace cargo de la explotación en 1947 impulsando el desarrollo demográfico en las aldeas cercanas. Lamentablemente, en 1960 se cerró la mina que permaneció abandonada hasta hace una década. En la actualidad, hay varias empresas que están interesadas en hacer prospecciones por la zona para proseguir con la actividad minera. También continúan las labores de investigación. En las más recientes se ha llegado a la conclusión de que fue Adrien Paillette, (ingeniero francés) quien redescubrió las Minas de Texeo en 1846.
¿Cómo llegar al poblado minero de Rioseco? ¿Dónde aparcar?…
Seguimos las indicaciones del Gps por la RL-6 hasta llegar al pueblo de Ḷḷamo/Llamo. Aparca justo antes de la fuente y el lavadero. El Gps emborrica y suele meter a más de un visitante en apuros. El camino pronto se hace demasiado estrecho, no hay espacio para aparcar o dar la vuelta y, posteriormente, la pista ascendente de hormigón no es apta para todos tipo de vehículos.
En Ḷḷamo/Llamo aparecieron los vecinos alertados por dos perrinos que salieron a nuestro encuentro. Como no es un lugar turístico les extraño ver foriatos por la zona. Dimos un paseo por el pueblo donde nos encontramos con un hórreo bien guapo que daba gusto verlo. Uno de los vecinos estaba bajando las vacas de la montaña y fue quien nos comentó que habíamos hecho bien en dejar el coche allí.
¿Cuánto se tarda en llegar a pie al Poblado Minero de Rioseco?
Haciéndole caso a aquel hombre comenzamos la marcha a pie. El camino a seguir está indicado en una señal próxima a la fuente. El primer tramo está hormigonado, pero nada más cruzar el puente sobre el arroyo comienza el barro y zonas de verdín. ¡Mucho ojo!
A partir de ahora la pendiente es considerable en algunos tramos y es fácil resbalar. En media hora, tras ascender durante 1,5 kilómetros aproximadamente, aparecimos frente al Poblado Minero de Rioseco. Por el camino disfrutamos de unas vistas espectaculares al Monsacro y del murmullo del arroyo La Valluga.
Después, hicimos 3 kilómetros más para llegar las Minas Prehistóricas de Texeo. Nos llevó más de 6 horas (con un par de vueltas de más debido a la exuberante vegetación).
El Poblado Minero de Rioseco
Ya hemos hablado profundamente del Paternalismo Industrial en otros post como el de la Mina de Arnao, primera mina subacuática de Europa, o en el del Poblado Minero de Bustiello, fundado por el Marqués de Comillas. ¡¡Ambas son visitas imprescindibles en el Principado de Asturias!! Por ello, no me voy a extender mucho en este tema, ¡voy al grano!
El Poblado Minero de Rioseco comenzó a construirse en 1892 cuando se redescubrió la actividad minera en la Sierra del Aramo. Sin embargo, no fue hasta 1904 cuando la compañía de capital inglés concluyó la obra. Por aquel entonces 6 eran los edificios principales: La Casa de Ingenieros (o Casa del Director) que se encuentra separada para recalcar la diferencia de clases. Casa de Servicios donde estaba el bar, las oficinas y el economato. También contaba con 3 bloques de viviendas para obreros, cuadra de caballerías y fragua. Todos ellos contaban con agua corriente sin embargo, carecieron de luz eléctrica hasta finales de los años 40.
Desde el año 2015 hay un mirador que ofrece unas vistas espectaculares del conjunto formado por el poblado y por la planta de tratamiento.
Ruinas de la planta de tratamiento
Rodeando las casas de los obreros por el lado izquierdo, ascendemos un poquito más hasta llegar a la parte baja de la planta de tratamiento. Si te pasa como a nosotros, la vegetación ocultará las ruinas, debes seguir ascendiendo por el camino para llegar a la parte alta. La planta de tratamiento funcionaba inicialmente con mesas de concentración o gravimetría, así separaban el cobre de los estériles. Una curiosidad es que en ella trabajaban las mujeres de Rioseco. Si te fijas puedes ver restos de; cubas, tolvas y canales, que se utilizaban para la fragmentación del material hasta llegar a las mesas de concentración. Una vez allí molían el mineral hasta hacerse con el cobre.
En 1954 se instaló otro sistema que permitía extraer partículas de cobre de la escoria. La Mina de Cobre de Rioseco fue la primera de Europa en contar con una planta de lixiviación amoniacal. Este sistema se usa a día de hoy en todo el mundo. Otro elemento que destaca es la chimenea de 20 metros de altura construida en ladrillo rojo y rehabilitada hace unos años.
Mirador del Poblado Minero de Rioseco
Siguiendo un sendero que comienza con peldaños afianzados con troncos de madera y se adentra en la vegetación, llegamos al acceso del mirador construido en 2015 sobre las tolvas de recuperación de la planta de tratamiento. ¡Me encanta! Aunque es rompedor con el paisaje, tiene ese diseño industrial y oxidado que nos recuerda que estamos en un yacimiento minero. Este mirador fue propuesto para ganar el Premio al “Edificio del Año” por ArchDaily en 2022.
El acceso no tiene perdida. Comienza junto a unos railes donde está colocada una vagoneta que es meramente ornamental pues no se usó en la explotación. Solo unos pasos más adelante nos asomamos al paraíso. Aunque es una zona donde la niebla suele estar presente, vayas cuando vayas, las vistas de la planta de tratamiento rodeada de montañas son espectaculares.
Socavón de Rioseco
Subimos unos pasos más y llegamos al área recreativa habilitada en el Nivel Inferior, donde se encuentra el Socavón de Rioseco. Si vas a hacer esta ruta a la hora de comer, aprovecha a hacerlo aquí. Es un lugar amplio y con buenas vistas. Hasta ahora hemos visto el poblado donde vivían los obreros, la planta donde procesaba el cobre y el cobalto, pero aún no hemos visto las minas…
El Socavón de Rioseco parece la entrada a una mina, pero en realidad es una galería de arrastre. Resulta que las Minas de Texeo se encuentran a 1.200 metros de altitud y la planta de tratamiento está a 700 metros. Inicialmente, en el siglo XIX se transportaba el mineral usando planos inclinados y transportadores de vaivén. El elevado coste y el constante mantenimiento fueron motivos suficientes para que METASTUR hiciera una perforación transversal para salvar el desnivel y evacuar el mineral. Sin embargo, la empresa cerró antes de que la galería llegara a conectarse con plantas superiores. La boca de acceso a esa galería es el Socavón de Rioseco. Una verja de hierro invita a NO pasar, pero realmente, los primeros 150 metros fueron rehabilitados para la explotación turística.
El nombre de estas minas se debe a que en la Sierra del Aramo hay una gran concentración de tejos/texos, un árbol ligado a la mitología asturiana. Puedes leer más en el post del Texo de Bermiego, un ejemplar milenario que es Monumento Natural.
Subir a las Minas de Texeo
Para llegar al yacimiento prehistórico de las Minas de Texeo debes saber que se suda la gota gorda. Subimos 500 metros de altitud en unos tres kilómetros por el Valle de Texeo. El sendero, no llega a camino porque incluso fuimos campo a través, se construyó en 1892 cuando se reactivó la explotación minera. Hasta el Piso 1 se camina por el antiguo empedrado, pero a partir de ahí se desdibuja muchísimo. Tanto es así que en teoría, este sendero debería tener 50 revueltas, y aunque al principio dimos unas cuantas, al final perdimos la cuenta.
A medio camino nos encontramos con El Seltu, un lugar donde se pueden ver los cables y una polea que utilizaban para transportar las mercancías por el aire. Poco después llegamos a una zona abierta donde la vegetación no invade tanto el camino, la Campa Texeo. Seguimos la zona pisada sin saber si sería el camino correcto o simplemente por donde suben y bajan vacas y caballos.
Sin saber cómo, llegamos al Piso 2. A la izquierda dejamos una torre de transformación eléctrica y justo por encima nos encontramos con el deposito de la Fuente Sayán. Sus aguas formaban parte del proceso de lavado antes de llegar a la planta de tratamiento. Allí mismo hay una cuba donde ya hacían una pequeña selección de mineral. Seguimos subiendo por la vereda que nos llevó a una zona muy cerrada de vegetación que pronto volvió a abrirse llegando así a la Campa les Mines. En el piso 3 hay una bocamina que no vimos, debía estar completamente tapado por los matos.
En el Piso 4, a casi 1150 metros de altitud, es donde se encuentra el Monumento Prehistorico con una antigüedad de al menos 4500 años ¡Casi nada! Aquí es donde se encontraron los restos de 26 esqueletos que, lejos de ser protagonistas del primer accidente minero conocido en la historia, son ofrendas a la montaña llevadas a cabo en rituales paganos. Por cierto, que no te engañe la foto, ¡las cavidades son enormes!
Si has subido hasta aquí con niños, no les quites ojo porque el socavón es enorme y carece de elementos de seguridad. Nosotros estuvimos un buen rato sentados, tratando de imaginar cómo los hombres prehistóricos de la Edad del Cobre se liaron a excavar con palos, astas de animales, o pequeñas herramientas de piedra…y no solo eso, sino que les dio la cabeza para dejar pilares de piedra que formaban bóvedas, evitando así los desprendimientos. ¡Estamos en plena involución! Nosotros no bajamos a la mina porque estaba bastante húmedo e íbamos solos, pero es posible adentrarse en las galerías y admirar pequeños filones de cobalto y cobre en las paredes.
Pocos metros más arriba, tras cruzar un muro, se encuentra otro yacimiento prehistórico, El Arrebolléu. Es más pequeño, pero se cree que es más antiguo. No llegamos a subir, y sin más regresamos deshaciendo el camino.
Conclusión y tirón de orejas ¿Qué opinas?
Tal y como puedes ver en las fotos, pese al trabajo realizado por escuelas taller que rehabilitaron las casas de los obreros, la inversión llevada a cabo para la colocación del mirador o la reconstrucción de la chimenea, el estado en el que se encuentra el conjunto de las Minas de Texeo y el poblado es de abandono.
La vegetación invade los espacios habilitados para descansar, incluso rodea los paneles de información y hace que algunos senderos sean intransitables. En estos momentos siempre me pregunto lo mismo…¿Tendrían en otros países europeos uno de los yacimientos prehistóricos más antiguos e importantes de Europa oculto entre la vegetación, sin indicadores y prácticamente inaccesible? Por eso es importantísimo darle visibilidad mediante la promoción turística, para que las administraciones se encuentren en la obligación de preservar nuestro patrimonio histórico.
Planes complementarios
Por cercanía puede que te interese:
- Hacer la visita guiada del Poblado Minero de Bustiello.
- Recorrer la Senda Verde del Valle de Turón.
- Visitar Mieres del Camín.
- Descubrir el concejo de Lena.
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