¿Buscas una ruta de senderismo que combine naturaleza y patrimonio etnográfico en Asturias? Entonces tienes que hacer la Ruta de los Molinos del Río Merón. Una senda circular que se adentra en un bosque de ribera y transcurre paralela al río. Disfrutarás de un entorno de gran belleza mientras descubres los 15 molinos harineros que se construyeron en un tramo de unos 8 kilómetros. Sin embargo, ésta ruta no es apta para todos los públicos. Sigue leyendo para descubrir porqué…
Ruta de los Molinos del Río Merón – ¿Dónde es?
Si te digo; Comarca de la Sidra y Costa del Jurásico Asturiano, ¿te ubicas? ¡En efecto!, la ruta de los Molinos del Río Merón está en el Concejo de Villaviciosa, costa central asturiana. Concretamente la ruta recorre las parroquias de Argüeru y Careñes.
Los molinos son un patrimonio etnográfico de incalculable valor
Los molinos son una de las primeras máquinas creadas por el ser humano. Hay constancia de la existencia de molinos harineros hidráulicos en Grecia y Roma desde el siglo III a.C. Su construcción mejoró la calidad de vida de las civilizaciones más antiguas, pues supuso un enriquecimiento de la alimentación, un avance en materia agrícola y potenció el mercado de cereal.
Construir un molino no era barato. En un principio estaban bajo el dominio de la realeza y la iglesia. Con el paso de los años, los burgueses o los artesanos más pudientes se hicieron con la propiedad de muchos molinos, en algunos casos, los alquilaban a cambio de un porcentaje de cereal molido (maquila), en otros se asignaban turnos, y los más pequeños eran de uso privado.
Partes de un molino harinero hidráulico. Propiedad de Obras Hidráulicas de Murcia.
En Asturias se conservan muchos molinos harineros, lamentablemente, la mayoría se encuentran en un estado ruinoso y están condenados al olvido. Solo unos pocos se han recuperado y por ello, se ha reconocido su valor etnográfico. En la cuenca del río Merón se concentraban nada más y nada menos que 15 molinos harineros. A día de hoy -y no sé por cuanto tiempo si no se interviene- existen solo 12. ¡Ven a descubrirlos antes de que se pierdan!
Dónde empezar la ruta de los molinos
Esta ruta circular puede hacerse en ambos sentidos. Dos terceras partes (8 km aprox) se hacen a la orilla del río y el tercio restante (4 km) por carretera. Los puntos de Inicio y Final de la ruta son La Playa de Merón y Puente Robléu -o viceversa-. Pero, ¿en qué sentido es mejor o más fácil?
Te recomendamos comenzar en La Playa de Merón, es decir, hazlo al revés que nosotros. Así evitas subir la cuestona de la Playa de Merón a la vuelta. Sin embargo, nos vimos obligados a cambiar de planes porque un desprendimiento próximo a la playa impedía el acceso a vehículos. Dimos la vuelta y comenzamos en Puente Robléu a sabiendas de que el regreso iba a ser más cansado.
Además, en la Playa de Merón hay aparcamiento y en Puente Robléu hay espacio para 3 coches -como máximo-.
Cómo es la senda de los Molinos del Río Merón
La ruta de los Molinos del Río Merón es prácticamente llana, no es excesivamente larga y además, si lo necesitas, es posible dividirla en 2 tramos. Sin embargo, hay que cruzar el río en un sinfín de ocasiones. Es muy importante que tengas claro que en época de lluvias el río baja con bastante agua. Hay zonas muy húmedas donde el musgo cubre cada piedra y vadear el río es complicado. Y no me refiero a mojarse, sino a darse un mal golpe por una caída.
Bien es cierto que si haces la ruta en verano la dificultad disminuye, pero también lo hace la espectacularidad. Desaparecen muchos saltos de agua, el murmullo del río es menor y la vegetación cubre buena parte de los molinos.
Por eso decidimos repetir la ruta en pleno invierno, justo después de un par de borrascas que descargaron litros y litros de lluvia. En muchos tramos el río bajaba desbordado, había zonas pantanosas y el vadeo fue peligroso. Utilizamos troncos y bastones como puntos de apoyo. Por supuesto utilizamos botas impermeables de montaña. ¡Es muy importante usar un calzado adecuado para resbalar lo mínimo!
Teniendo esto en cuenta, no te aconsejo hacer la ruta en época de lluvias si vas con niños, perros, o sencillamente no estás en buenas condiciones físicas.
ACTUALIZO: Recientemente han colocado unos puentinos de madera que ayudan a cruzar el río en algunos puntos. Aún así, son insuficientes si baja con mucho caudal.
Ruta molino a molino
Dejamos el coche en una pequeña explanada habilitada junto a las casas de Puente Robléu. Tras contemplar el mapa informativo de la ruta comenzamos la misma cruzando un pequeño puente de madera.
Éste primer tramo atraviesa una pradera que nos condujo hasta una portilla metálica que hay que abrir y obviamente, volver a cerrar. Ojito al pasar porque hay un pastor eléctrico a la altura de la cabeza.
A continuación la senda se hace estrecha y transcurre pegadita al río Merón. Antes había unos enormes eucaliptos que daban sombra, sin embargo, los acaban de talar y son los anillos de los troncos los que dan fe de su longeva vida. ¡Qué pena nos dio! En 5 minutos llegamos al primer molino de esta ruta (o el último si la haces al revés), el Molín de Modesto Tanganu. Esta vez, al ir en invierno y haber menos vegetación, pudimos ver mejor las ruinas. No obstante, aprovecho para recalcar la importancia de ser prudentes. El estado ruinoso puede dar lugar a un fatal accidente si hay algún desprendimiento.
Poco después vadeamos el río por primera vez. Tal y como comenté anteriormente, la dificultad del vadeo dependerá de la cantidad de agua que lleve el Río Merón. En Febrero lleva mucha agua y hubo varios vadeos muy difíciles y algo peligrosos. En otoño, antes de que llegue la época de lluvias, es realmente sencillo y no entraña ninguna dificultad.
Tras cruzar un puente decorado con una rueda de carro llegamos al Molín de L´Aturiellu, construido en 1787 y restaurado dos siglos más tarde. Tristemente el tejado se vino abajo, la vegetación invadió el interior, y se ve que todo está revuelto fruto del vandalismo. ¡Una verdadera pena!
Tras cruzar la portilla de madera subimos por el sendero que transcurre paralelo a fincas de recreo. Así llegamos a un puente hormigonado que comunica con el núcleo rural. Debemos girar a la izquierda siguiendo el curso del río.
Muy próximo se encuentra el Molín de Perote. Los artos crecen por encima del tejado y se descuelgan frente a la puerta. Como estaba abierta nos asomamos con curiosidad. En este molino se puede ver -no se por cuanto tiempo dado el estado del tejado- la cabría (pinzas con las que se levantaban las muelas).
Más adelante nos encontramos con un vadeo un poco complicado. Un cable de acero, atado de árbol en árbol, nos sirvió de punto de apoyo. Éste tramo atraviesa una pequeña pomarada. Unos metros más allá hay nuevos paneles informativos sobre la fauna y la flora presentes en la ruta.
El siguiente molino que nos encontramos es el Molín de Requexáu, el último que realizó las labores de molienda en el río Merón. Por suerte está restaurado y se puede ver claramente el canal. Justo enfrente hay un puente de laja que debemos cruzar.
De nuevo vadeo complicado y casi medio kilómetro después, tras pasar por delante de las ruinas de un antiguo puente del Camín Real, llegamos al Molín Campu. Se encuentra al otro lado del río y se ve desde la lejanía.
Seguimos la senda hasta las ruinas del Molín de Ferbeyón. Dentro del infierno se ve el rodezmo (mecanismo que hacía girar las muelas). También presenta unas cruces talladas que nos hace pensar que se hicieron para atraer la buena suerte y proteger el grano. A unos pasos otro vadeo complicado acompañado de pequeños saltinos de agua muy vistosos. Continuamos la senda y pronto se hace más ancha, incluso pasa por una zona de avellanos que forman un arco natural precioso.
Varios canales nos avisan de que el Molín de Cerilo está cerca. Aunque también está en ruinas todavía se aprecian las dos plantas y parte de la vivienda. Éste molino era el único que se «alquilaba» a cambio de una parte del grano molino (sistema es conocido como maquila). El resto de los molinos los usaban los vecinos cuando les tocaba la vez.
Dato* ¿Quieres dividir la ruta en 2? En este punto debes cruzar el puente de piedra que hay frente al Molín de Cerilo. Un sendero entre exuberante -por no decir asalvajada- vegetación conduce a una pista que atraviesa un bosque de eucaliptos recién talados. Finalmente termina frente a unos chalets en estas coordenadas 43,5221175, -5,4878013. El camino lleva a la carretera general AS-256 a la altura del desvió dirección Playa de España por la VV-3.
Unos pasos más adelante cruzamos otra pomarada y uno de los vadeos más complicados. Tardamos más de media hora en conseguir cruzar el río sin mojarnos. El sendero continúa por un terreno pantanoso, el firme es más arenoso, incluso hay pequeñas «playas» a la orilla del río. En este tramo saltamos un par de arboles que cortaban el paso. Fuimos muy pendientes de las raíces a la vista y extremamos las precauciones, el musgo y los troncos húmedos nos hacían resbalar constantemente.
Así llegamos al Molín Carbonera, uno de los más grandes. Aunque está en ruinas e invadido por la vegetación, me pareció precioso. ¡Por un momento me imaginé en la selva o en una expedición de una isla desierta! Éste molino también tenía vivienda y hasta él llegaba una calzada de lajas que actualmente no lleva a ninguna parte. El camino sigue recto, no te desvíes por el puente de hormigón.
Volvemos a cruzar el río para seguir por la pista que va de Argüero a Careñes y llegamos a una zona de praderas próxima al Molín del Vayu, actualmente reconvertido en vivienda.
Vadeamos el río no sé si dos o tres veces más. ¡¡Son tantas veces que perdemos la cuenta!! Así llegamos a las ruinas del Molín de Posada, construido en 1839 (dato que sabemos gracias a la talla del dintel de la puerta).
El siguiente punto de interés es el Molín Nuevu. Francamente; da pena verlo. A partir de aquí los molinos están más espaciados. Le sigue el Molín de La Peña. Se encuentra junto a un salto de agua bastante grande y vistoso. El molino está en la parte baja y dependiendo del caudal, verlo puede ser peligroso.
Un buen rato caminando y llegamos a las ruinas de los molinos de; Hevia, Bastania y Merón. Solo en el primero se aprecia el arco del infierno, los otros dos son bloques de piedra amontonados. Por último, atravesando una zona pantanosa llegamos a la Playa de Merón.
Aprovechando la coyuntura dimos un paseo por la playa en busca de las huellas de dinosaurios pero fue imposible dar con ellas. La próxima vez que hagan visitas guiadas por la Costa Jurásica para ver las icnitas nos apuntamos. Intentarlo por libre y sin planificación es una perdida de tiempo. Por cierto, si tienes pensado pasar el resto del día en la playa, ten en cuenta que sólo tiene arena si baja la marea, de lo contrario es de cantos rodados.
Regresamos por carretera, pero otra opción muy válida es deshacer el camino andado. Subimos la pista asfaltada de la Playa de Merón y sorteamos el argayo que nos había impedido hacer la ruta del revés. Atravesamos el núcleo rural de Abedules y continuamos hasta la VV-4 donde seguimos la senda rojiza para peatones que nos llevó hasta Puente Robléu. En total, fueron 5 horas de lo más intensas y emocionantes.
Información general
- Inicio y fin: Playa de Merón o Puente Robléu. Concejo de Villaviciosa, Asturias.
- Distancia: ± 12 Kilómetros de recorrido circular, siendo más largo el trayecto de ida.
- Tiempo: ± 5 horas en época de lluvias.
- Terreno: La ida se hace a la orilla del río por tierra y piedras. Es necesario cruzar el río en multitud de ocasiones. La vuelta se hace por asfalto.
- Adaptada: NO.
- Consejos: Imprescindible bastones y botas de agua. Lleva cantimplora pues no hay ninguna fuente potable. Si es posible, haz la ruta al revés que nosotros. Así evitas subir la cuesta de la Playa de Merón.
- Señalización: Sí. Postes que señalan el camino a seguir cuando estás en núcleo rural. Marcas amarillas y blancas en troncos, rocas…etc. En este enlace puedes descargar el track (archivo .gpx para usar en navegador).
Planes complementarios
Como tengo bastante información sobre esta zona, te dejo enlaces para que eches un ojo y ajustes el plan según tus gustos:
- Visita Tazones para recorrer un pueblo pesquero pintoresco donde podrás comer pescados y mariscos de calidad.
- Descubre el Prerrománico de Villaviciosa. Una ruta de medio día por los principales monumentos del concejo que presentan muestras de nuestro Arte Asturiano (único en el mundo).
- Si prefieres pasar un día de playa, vete a Rodiles, un arenal espectacular donde el surf es deporte estrella.
- Conoce un poco más a fondo la cultura asturiana haciendo una ruta por los hórreos más singulares del concejo.
- ¿Más senderismo? Muy cerca puedes recorrer El Camín Real de Carlos V. Entre otros puntos, destaca la Cascada de Llames.
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